martes, 7 de mayo de 2013

Errores a evitar en las carreras de montañaa



Los runners abandonan el asfalto y se tiran al monte. Como suena. Son muchos los casos de corredores aficionados que buscan nuevas motivaciones en las carreras de montaña. Seguro que muchos de vosotros le estáis dando vueltas a lo de correr este tipo de pruebas. Previamente habéis leído y consultado las características y ventajas de las carreras de montaña. Para que disfrutes tu estreno y nada te arruine tu incursión en este mundillo te vamos a proporcionar unos cuantos consejos.
  • No es necesario realizar una preparación específica: Aunque suene un poco obvio se trata de una carrera, al margen de que sea por la montaña. Por eso no debemos de olvidarnos de las sesiones de gimnasio (con muchas repeticiones y poca carga), las series, velocidad y tiradas largas. Una buena punta de velocidad nos permitirá ganar tiempo en las bajadas. También hay que decir que aconsejan a los corredores de asfalto realizar entrenamientos trails para ganar en resistencia y cambiar de aires. En estas sesiones le prestas mucha más atención a la pisada y a veces ni te preocupas de los tiempos.
  • Evitar los estrenos el día de la prueba: El día de la carrera nunca debemos de estrenar ni la ropa ni las zapatillas deportivas. Lo más importante es el calzado pero sin despreciar la parte textil y accesorios como la gorra, gafas o la mochila. Algunos expertos, siendo más concretos, aconsejan probar el material incluso en circunstancias similares a las que nos esperan en competición, ya sea con frío, nieve o sobre un terreno muy cuesto. En las carreras de montaña de larga distancia también desempeña un papel importante la alimentación. La organización suele disponer de puntos de avituallamiento durante el recorrido, pero no debemos de caer en la ‘trampa’ de llenarnos demasiado, ya que estos excesos al final se acaban pagando con problemas estomacales, mareos e incluso con el abandono. En el caso de que optemos por ingerir geles que podamos llevar hay que probarlos previamente en un entrenamiento para que nuestro organismo se adapte a ellos y evitar así sorpresas el día de la prueba.
  • No llegar pasado de kilómetros y entrenamientos: En un intento de llegar en forma muchos corredores aficionados se ejercitan por encima de sus posibilidades y a veces en exceso. Esto desencadena en un sobreentrenamiento tanto físico como mental. Antes de afrontar una competición hay que ir reduciendo la intensidad de los entrenamientos durante las dos últimas semanas para llegar fresco al gran día. Otro error en el que suelen caer muchos es no seleccionar las competiciones. Un exceso de carreras tampoco es recomendable ya que podemos perderle el gusto. Algunos recomiendan competir una vez al mes como máximo, siendo lo ideal una al trimestre. Un exceso de carreras puede desencadenar un aumento del cansancio y posibles lesiones. Cuando nos ponemos un dorsal solemos ir al máximo y no es bueno alcanzar esos límites todas las semanas. Es necesario tener una motivación para salir a entrenar y al cabo de una temporada podemos plantearnos dos o tres objetivos. Al no ser profesionales es muy complicado estar a tope de nuestras posibilidades todo el año.
  • Somos nuestro máximo rival: En las carreras de montaña es donde realmente entendemos ese concepto de que tenemos que competir contra nosotros mismos. Tenemos que demostrar nuestra resistencia y nuestra adaptación al terreno, pero para eso tenemos que desconectar de nuestra mente de runner de asfalto, donde controlamos el ritmo de cada kilómetro, los pasos intermedios, liebres y demás. Para todos los que empiezan lo esencial es finalizar la competición y si puede ser hacerlo con buenas sensaciones que nos inviten a repetir la experiencia. Tiene poco sentido en las carreras de montaña intentar seguir el ritmo de otros competidores. Siendo una carrera muy técnica esto puede tener resultados fatales para nosotros. Debemos de asumir que hay gente que sube mejor que otros o que las bajadas pueden ser un terreno propicio para sacar distancia al resto. La montaña nos invita a disfrutar de la carrera y del entorno, por lo que el resultado no deja de ser algo anecdótico, aunque cueste mucho a los nuevos runners que llegan procedentes de las carreras populares en asfalto. El trail no tiene nada que ver con estas pruebas.
  • Utilizar un material adecuado: Para las carreras de montaña no se recomiendan precisamente las zapatillas de running. El calzado merece una atención especial, sobre todo para las pruebas más largas, donde deben de primar los playeros con estabilidad, amortiguación y sujeción.  Durante nuestro recorrido, que suele durar varias horas, las condiciones climatológicas pueden ir variando a lo largo del día y más en la montaña. Por eso hay que ir lo suficientemente equipado con ropa de abrigo. Unas gafas de sol y una gorra también nos podrían salvar la vida en caso contrario. Por ejemplo podemos tomar la salida con 12 grados y cuando lleguemos a la cima la temperatura puede llegar a bajar hasta los 0. Para no llevarnos sorpresas debemos de ir lo suficientemente informados de las previsiones del tiempo. En los tiempos que corren todo el mundo puede acceder a Internet, donde nos detallan las condiciones climatológicas por horas.

Antes de ponerse a realizar carreras de montaña hay que familiarizarse con el entorno. Podemos iniciarnos haciendo marchas por el monte. No es una mala idea si tenemos en cuenta que en las pruebas más duras y con fuertes desniveles realizaremos tramos andando. Antes de lanzarnos a la aventura de las grandes distancias tenemos que probar nuestras capacidades en pruebas más cortas de cinco o diez kilómetros.
No debemos de descuidar nunca nuestra alimentación. Una mala hidratación puede abocarnos a la retirada, por eso debemos de ingerir líquidos cada poco y llevarnos algo a la boca en forma de sólidos para que no aparezcan las tan temidas pájaras.
Un aspecto de las pruebas de trail que echa para atrás a muchos runners de asfalto son las bajadas. Hay que tomárselas con mucha calma y aunque nos dé vergüenza debemos descender sin arriesgar más de la cuenta. Vale más pescar por defecto que por exceso. Por contra en los ascensos no existe tanto peligro, todo dependerá de los desniveles que nos encontremos. En los casos más duros tendremos que seguir nuestro camino andando.
Lo ideal es realizar la carrera en todo momento entero, sin llegar a un agotamiento excesivo. Las pruebas de montaña son totalmente distintas a las que disputamos los domingos por las calles de nuestra ciudad. Son ritmos y durezas distintas, pero con el mismo objetivo, disfrutar al máximo y llegar a la meta en las mejores condiciones posibles. Más que atravesar la meta, aquí lo que importa es llegar a la cima.

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